TRASLADO DE LAS SANTAS FORMAS A LA MAGISTRAL DE ALCALÁ DE HENARES

El 14 de octubre de 1770 el rey Carlos III ordena que el tesoro de las Santas Formas sea entregado a la iglesia Magistral de Alcalá de Henares.

Uno de los primeros días del mes de mayo de 1597, hallándose el Padre jesuita Juan Juárez ejerciendo el ministerio de la penitencia en Alcalá de Henares, un misterioso hombre le suplicó que le oyese en confesión. Él le manifestó que era poseedor de un buen número de Formas Eucarísticas, adquiridas de forma sacrílega por los moriscos, en cuya compañía anduvo durante un tiempo, y que ahora, arrepentido, se las quería entregar. Aceptado tal tesoro, y por miedo a que estuviesen envenenadas, el Padre Juárez no las consumió sino que las guardó para que se pudrieran ellas solas y así luego quemarlas y arrojarlas en la piscina.

Pasaron los años y tras varias pruebas, en las que rompieron dos, las Formas no se corrompían. Por eso se solicitó la declaración de milagro, y en julio de 1619, veintidós años después de la entrega, las Formas reliquias Sagradas fueron declaradas de conservación sobrenatural y milagrosa. Y se mandó al Rector del Colegio de la Compañía de Jesús de Alcalá de Henares y a sus sucesores que guardasen y custodiasen dicho tesoro.

Por otra parte, con el trascurso del tiempo, la Compañía de Jesús tuvo muchos seguidores y muchos detractores. Y uno de este último grupo era el propio rey Carlos III, que expulsó a los Jesuitas de todos los dominios españoles en 1767, y sus bienes fueron redistribuidos.

Por eso, tal día como hoy de 1770, el rey Carlos III ordenó que la Custodia con las veinticuatro Santas Formas Incorruptas, junto con todos los ornamentos y objetos del culto que estaban en la capilla de la iglesia del antiguo Colegio Máximo de la Compañía de Jesús, fuesen trasladadas a la iglesia Magistral de Alcalá de Henares.

El Ayuntamiento y el Cabildo de la iglesia Magistral se juntaron y, como era lógico y de esperar, las Santísimas Formas se trasladaron en una solemne y multitudinaria procesión y después se organizaron festejos por toda la ciudad.

Un año después se le concedió al Cabildo de la iglesia Magistral que se hiciese cargo de las rentas pertenecientes a fundaciones piadosas hechas en la capilla de las Santas Formas, para cumplir con la voluntad de los fundadores.

Por: Juan Mª Martínez Casado